LOS DÍAS DEBERÍAN SER...
Hoy es martes…
Un día de la semana, que, si quieres..., no hace falta esforzarse demasiado para que pase desapercibido.
A mí me gusta llamarlo “Marnes” (no es nada nuevo, lo sé). Una manera sencilla de transformar el concepto de una misma cosa…, (aunque solo sea porque la palabra es más divertida).
Hace un rato, mientras miraba al infinito ensimismada en mis múltiples pensamientos, se me ha venido a la mente una frase que alguien me dijo:
“Los días deberían ser estimulantes y entusiasmantes como si fueran un viaje…”.
Que tremendo…
En días como hoy, en los que a lo mejor estoy intentando encontrar mi sonrisa..., recuerdo esta frase y aparece.
Es entonces, cuando llega la respuesta, a todas las preguntas que se me pasaban por la mente sin cesar, para inquietarme, preocuparme y parece ser, que..., con la intención de hacerme sentir insatisfecha hace unos segundos:
LA VIDA ES MARAVILLOSA.
Es maravillosa, incluso todas esas veces en las que hay un motivo para entristecerte.
Maravillosa, mientras nos empeñamos en buscar razones para que no lo sea tal vez…
Si…, tal vez no sea merecedora de sentirme bien por esto que me está pasando, (me digo…).
¿Y cómo voy a sonreír, si estoy tan ocupada en buscar razones para no hacerlo?.
Es curioso darse cuenta, de lo generoso que es el tiempo cuando pasa...
De como transforma las realidades del presente cuando ya son pasado y como nos enseña, a no cometer los mismos errores en el futuro. Como nos envuelve en nuestro escudo invisible anti-dolor.
Y es que el tiempo, convierte todo en un recuerdo o a veces en un mal sueño.
Uno de los millones que ya tenemos, por tantas y tantas cosas que hemos disfrutado y sufrido.
Es el único amo y maestro de nuestra existencia.
En un instante, ya todo esto será el pasado, imposible de cambiar...
Si. Hoy es “Marnes” y quiero que sea un recuerdo maravilloso.
Un día en el que inventarme una realidad, será mi máxima, todos los instantes en los que pueda ser consciente de esto.
Con la sonrisa que he querido dibujar en mi cara, sin que nada anterior haya cambiado, puedo sentirlo deslizándose entre mis dedos, en un intento de querer atraparlo, pero no puedo...
Ohh querido tiempo…
Como es posible que dejes tanta huella.
Te me vas por segundos y no siempre soy capaz de darme cuenta de la falta que me hace valorarte. Sobre todo cuando te pido que pases deprisa para olvidar.
Necesito recordar, que solo puedes ofrecer instantes, cuando la incertidumbre del futuro y la nostalgia del pasado hacen que me los pierda.
Si., como este del “Marnes”, que he decidido inventarme para sonreír.
Hoy todo estará bien en mí. Ya es un gran recuerdo.
Los días deberían ser entusiasmantes y estimulantes como si fueran un viaje…
Para mi niña Claudia y mi amigo Carlos.
Paty